No lo puedo evitar. No hay día que pase sin dibujar.


De niño, empecé a copiar dibujos de Disney. Y ya no he parado. Se me daba bien y, sobre todo, me gustaba. El siguiente paso fue apuntarme a una academia de dibujo en Logroño, donde pasé tardes y tardes aprendiendo las técnicas tradicionales a lo largo de 11 años.


Cuando llegó el momento de elegir una carrera, decidí estudiar Ingeniería Técnica de Diseño Industrial en Zaragoza. Sin embargo, mi vocación como diseñador gráfico estaba clara. Y actualmente trabajo de ello en la agencia creativa Quelinka.

Disfruto creando ilustraciones, tomando fotografías y explorando las posibilidades del retoque digital. Aunque el diseño gráfico sigue siendo la base de mi trabajo diario, en este tiempo ha crecido profesionalmente desarrollando también proyectos de 3D, edición y post-producción audiovisual y centrándome en los fotomontajes, que son la base de mi trabajo en instagram.